lunes, 4 de junio de 2007
¡Benditos exámenes!
Sergio no estudia porque no quiere pero encontró trabajo en una tienda de promoción de artistas. Como a él se le dan bien lo de los ordenadores es el que diseña páginas webs de grupos de música y escritores. Cuando le dije que me hiciera una me dijo que nada, que me viniera aquí que es más sencillo, y aquí me vine de su mano. Además, como está con la novia no me da mucho jaleo.
Luego está el mediano, que es Julián y tiene 17 años y tiene que hacer la selectividad, pero hasta que no le den las notas de química no sabe si va a estar todo el verano preparándose para septiembre. Se pasa el día en la biblioteca o eso me dice, y yo más contenta que nada.
La pequeña se llama Belén y es la niña de mis ojos. Cuando me dijeron que el tercero iba a ser una niña me eché a llorar. Es la que está todo el día pegada a mí, pero desde que dice que tiene los exámenes se va con su hermano a la biblioteca y ahí se tiran el día.
Este verano escribiré más, que ya me han pasado unas cuantas cosas para hablar de ellas. Y mientras sólo tenga que fregar dos platos por comida, me queda tiempo libre. Y ahora me voy a ver a la Bea que estoy enganchada.
Muchos cariños.
Agua del cielo
¿Lo único malo es el suelo lleno de huellas y barro!
Venganza sutil
Aburrimiento
Pues nada, a navegar por la red se ha dicho. Y aquí que no me hace nadie visitas, tendré que dar yo el primer paso pese a ser novata.
No está mal, 20 minutos para escribir esto.
Maruja en la red
Hola, queridos y queridas lectores de mi blog.
En primer lugar me gustaría presentarme un poco. Me llamo Concepción, aunque todos mis amigos me llaman Concha. Tengo 50 años recién cumplidos y por eso he decidido hacerme un blog, para darme un homenaje. Escribo un diario desde que tenía 7 años. Esto se debe a que mi madre me obligó a empezar uno porque a ella le gustaba leer mucho. A mí no me gusta leer, creo que los libros que he leído en mi vida se pueden contar con una mano, pero todas las noches escribo lo que me pasa en un diario. No sé cuantos cajones tengo llenos de libretas guardadas con mis cosas.
Soy una maruja y estoy orgullosa de ello. ¿Quién dice que las amas de casa no trabajamos? Pues aquí reivindico un sueldo digno a todas las mujeres de España que se paan el día encerradas en sus casas. Mi marido está prejubilado, ya os contaré sobre él. Tengo dos hijos adolescentes y una hija de 13 años. El mayor, Sergio, me ayuda con esto. Ya me enseñó a usar un ordenador, pero lo del blog era demasiado para mí. Desde aquí le mando un beso fuerte, fuerte, fuerte.
Y ahora os dejo, que mañana me voy de viaje y tengo que dejar preparada la comida antes de que se haga de noche.
Muchos cariños,
Concha